Diversos estudios en la actualidad demuestran que una dieta rica en vegetales, pescado y frutos secos como nueces y que reduce los fritos, las carnes rojas y el alcohol, es una de las mejores respuestas frente al envejecimiento del cerebro.
Un último estudio realizado en 40 países y a más de 27000 personas con edades desde 55 años, demostró que el 20 % de los mismos había sufrido deterioro cognitivo en un periodo de 5 años.
El patrón claro era la dieta, los que no habían llevado una alimentación saludable eran un 50 % más propensos a manifestar la enfermedad del alzheimer.
La mala nutrición quita al cuerpo y al cerebro las vitaminas y minerales que generan nuevas células saludables además de proteger contra la inflamación, descomponen las grasas y protegen a las células contra el estrés.
Esta última función de una buena alimentación es lo que permite mantener las neuronas funcionando correctamente y facilitan mantener abierta la línea de vida del cerebro.
Según establecen los autores del estudio publicado en la revista Neurología, al no tener una cura contra el alzheimer tenemos que basarnos en su prevención y diagnostico previo mediante una dieta adecuada y ejercitando el cerebro todo lo que se pueda, aprendiendo idiomas, realizando crucigramas en definitiva poniendo en marcha nuestra memoria y demás capacidades cerebrales.
